- breve historia de Internet - bibliografía
"En un principio se creyó que los ordenadores revolucionarían la enseñanza, pero pasaron varias décadas y la informática, pese a su uso generalizado en entornos empresariales y de ocio, sólo dejó sentir sus efectos innovadores en unos pocos contextos educativos; la verdadera revolución llegaría con Internet en los albores del siglo XXI" (Apuntes del futuro, la revolución de la enseñanza, XXI)
"Internet estaba omnipresente: en las casas y en el trabajo, en las cabinas de la calle, en las cafeterías, en los videoteléfonos móviles de bolsillo... En cualquier momento y lugar podíamos comunicarnos con cualquier persona, acceder a la información que necesitábamos, ver noticias o películas, comprar... Los estudiantes, de manera proporcional a la edad, podían realizar créditos ofrecidos por instituciones de todo el mundo en su propia casa o en los "centros de aprendizaje", que además de conservar las funciones socializadora y de guardería de las escuelas de antaño era el lugar donde los profesores les orientaban y controlaban sus planes de trabajo semanal...." (Apuntes del futuro, hacia un nuevo paradigma de la enseñanza, XXI)
0.- INTRODUCCIÓN: INTERNET: LA ENTRADA A UNA NUEVA ERA
De los grandes inventos y descubrimientos de las últimas décadas (y sin ignorar el impacto con el que ya nos está sacudiendo la ingeniería genética) , ni la radiotelevisión, ni la energía nuclear, ni la conquista del espacio, ni los ordenadores... quizás ninguno ha ejercido un papel tan decisivo en la evolución (y a veces revolución) de nuestra sociedad como la creación de la red de ordenadores Internet. Actualmente sigue siendo uno de los factores principales de los continuos cambios sustanciales en nuestra forma de vida a todos los niveles: personal, familiar, laboral y social en general.
La red de ordenadores Internet, aprovechando la amplia y creciente infraestructura informática y de telecomunicaciones de nuestro planeta, se ha ido extendiendo rápidamente por todo el mundo, tanto en extensión geográfica como entre sus distintos estratos económicos y sociales. Para las empresas, sumergidas en el mar de la economía global, cada vez resulta más imprescindible utilizar este canal de comunicación, publicidad y comercio, a través del cual se relacionan, se informan, dan a conocer sus productos y servicios, negocian, invierten, venden... Por otra parte, en el ámbito personal y doméstico, poco a poco vamos descubriendo sus enormes posibilidades, especialmente como medio de relación, información, ocio y también formación: Internet nos puede proporcionar canales de comunicación, información y formación sobre cualquier tema, en cualquier momento y en cualquier lugar. Por cierto, Internet también ha motivado un replanteamiento de los derechos de autor. ¿hasta que punto podemos utilizar libremente la información que encontramos al navegar? (ver http://www.mcu.es/gabipren/notas/2005/julio/cul_22_derechosautor)
La red Internet, con el apoyo de los ordenadores y de la telefonía convencional y móvil, supone que en cualquier momento y en cualquier lugar (en casa, en el centro de trabajo, en el cibercafé, desde el teléfono WAP...), podemos acceder a la información que necesitemos (sea sonora, icónica o textual), difundir datos a todo el mundo y comunicarnos e interactuar con cualquier persona, institución o entorno (real o virtual). Además, permite que todos podamos producir y distribuir conocimientos, y nos proporciona un nuevo entorno de interrelación social.
Todas estas funcionalidades de Internet, que están al alcance de cualquiera que disponga de un ordenador con módem/ADSL/cable,, un teléfono WAP/UMTS o simplemente un televisor con webTV (adaptador que conecta el televisor y el teléfono), van en detrimento de la utilización de otros instrumentos que hasta ahora permitían satisfacer las necesidades de comunicación e información de las personas, instituciones y empresas: el teléfono convencional, el fax, la prensa ¡y hasta la mismísima televisión!, que ve reducida su audiencia porque sus antes incondicionales jóvenes ahora dedican buena parte de su tiempo libre a los teléfonos móviles, a los videojuegos y a Internet. ¿Se imaginan lo que ocurrirá cuando aumente la velocidad de las conexiones a Internet y la tarifa telefónica para ellas sea aún mucho más plana?
Y es que la continua mejora de las telecomunicaciones por cable de fibra óptica y vía satélite, y el consiguiente aumento de la velocidad en las transmisiones telemáticas, permite un progresivo incremento de los elementos sonoros y videográficos de un Internet que cada vez se hace más audiovisual y que puede ofrecer servicios próximos a los que proporciona la televisión más interactiva: vídeos a la carta, noticias y comentarios sobre la actualidad, participación en debates y concursos en directo, entornos lúdicos y educativos de todo tipo, servicios teletienda... ¿Se estará creando un espacio de convergencia entre televisión e Internet?
En unos pocos años (¿cuatro?, ¿ocho?) Internet, que habrá evolucionado y se habrá convertido en SuperInternet, además de estar presente en TODAS las empresas y también en nuestros bolsillos (teléfonos móviles UMTS), ocupará un lugar preferente en la mayoría de nuestros hogares, al lado del televisor, el vídeo y el equipo musical... Nuestra forma de vivir habrá cambiado. Y la enseñanza también, habrá llegado para ella un nuevo paradigma.
Y esto es un hecho revolucionario, como también lo fue en otras épocas históricas el advenimiento de determinados instrumentos y técnicas (fuego, hierro, escritura, máquina de vapor, electricidad...). Internet nos abre las puertas de una nueva era, la Era Internet, en la que podremos realizar "a distancia" muchísimas de las cosas que antes requerían presencialidad, y podremos desarrollar nuevas actividades, muchas enriquecedoras de nuestra personalidad y de nuestra forma de vida, hasta ahora imposibles e incluso impensables. Con todo, aunque las funcionalidades de Internet (comunicación, acceso/difusión informativa, entorno social global...) pueden contribuir poderosamente a la difusión cultural y democratización de la formación y por ende de la sociedad, también comportan riesgos: difusión de informaciones erróneas, contenidos inmorales (violencia, racismo...), engaños y delitos enmascarados por la virtualidad del medio, adicciones...
Para Javier Echeverría (2001) Internet es el mejor exponente del emergente tercer entorno en el que se desarrolla la actividad social de las personas. Los tres entornos son:
- El entorno natural. El más cercano, que abarca desde nuestro cuerpo y la comunicación dentro de la comunidad hasta el entorno natural próximo. La educación para este entorno se realizaba tradicionalmente en la família.
- El entornos urbano. Con la aparición del "entorno artificial" de las ciudades se hace necesaria una institución, la escuela, que además de reforzar los conocimientos sobre el primer entorno proporcione la formación necesaria para interactuar en este segundo entorno (lectura y escritura, normas sociales, un oficio...). A partir de la Revolución Francesa comienza a ser un derecho universal. Otro agente educativo de gran importancia en este entorno es "la calle"
- El entorno virtual. Supone una ampliación de la realidad con nuevos espacios para la interacción social que cada vez cobran más relevancia. No es un espacio físico-espacial y presencial sino electrónico y representacional (en el que convergen Internet, las tecnologías multimedia de los videojuegos, realidad virtual, el teléfono, la televisión...). Tampoco sincrónico y proximal (no requiere la coincidencia temporal ni espacial) sino multicrónico y distal (depende de redes electrónicas cuyos nodos pueden estar en diversos países.)
Además de ser un medio de información y comunicación, supone un nuevo espacio para la interacción social donde se pueden desarrollar todo tipo de actividades: entretenimiento, trabajo, comercio, arte, expresión de emociones y sentimientos, guerra...Los jóvenes vagan libremente por estos espacios donde la naturaleza se convierte en telenaturaleza (programas de TV y DVD sobre animales, geografía...) y se presentan digitalizados museos y ciudades, aprendiendo muchas cosas de manera informal, autodidacta (como antes lo hacían por las calles). Mientras, las escuelas no acaban de adaptarse a las nuevas circunstancias y aún no se reconoce el derecho universal a una educación que prepare también para "vivir y desarrollarse" en este nuevo entorno.
egamfer
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