Hoy recurrimos a una de esas frases que pretenden zarandearnos con el fin de que nos despertemos de una buena vez, y que nos debe servir de perfecto estímulo en el comienzo de la semana.
Decía Noel Clarasó que el hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar. Lo que deseamos, siento desalentar a quienes lo crean, no llega a nuestra vida porque si y al respecto de eso podemos engañarnos todo cuanto queramos.
Podemos quedarnos confortablemente instalados en el sofá, rumiando permanentemente la posibilidad de que algo acontezca en nuestra vida de forma natural y sorpresiva (milagrosa) y sin poner nada de nuestra parte, salvo quizá el ansioso deseo de tenerlo y ya veremos con qué resultado.
Podemos en voz baja o quizá en voz alta, ir repitiendo una letanía constante al respecto de lo que nos gustaría hacer o tener o cambiar, y quedarnos simplemente en ese rumiar improductivo. En ese límite en el que tenemos suficiente coraje para desear (vaya por dios), pero no el suficiente para poner los medios e ir a por lo que deseamos.
No dejemos que la vida nos marque siempre sus reglas. Impongamos también las nuestras a la hora de decidir lo que queremos hacer, cómo queremos hacerlo y cuándo debemos hacerlo.
Habrá que intentar alternativas diferentes, si hasta hoy no hemos obtenido resultados en la búsqueda de nuestros objetivos y no clamar vanamente por nuestra mala fortuna. Digo yo.
Reflexión final: Si no hemos llegado al lugar donde está lo que queremos, será o porque allí no está y habrá que buscar en otra parte o porque lo que hemos hecho hasta ahora no nos ha servido para llegar. Sólo queda o cambiar de destino o cambiar de táctica
egamfer
Publicado por Fernando & Estela
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